domingo, 7 de septiembre de 2008

UNA NUEVA PASION

La vida es un largo camino pavimentado de sueños, con algunos dejados en la cuneta por no poder encajarlos  o porque no pusimos la pasión necesaria para construir ese trozo del sendero. Solo con pasión se construyen los sueños, solamente amando lo que se hace, es que uno se apasiona. En mi caso el amor me llevó a formar tres canales de mi camino, mi pareja, los libros y la economía. Con pasión los he construido, hoy tengo a mi lado a la mujer que amo, a mi negra, aunque a ella le cueste admitirlo, tengo una modesta biblioteca que alimenta mi alma, y una carrera que me está dando la oportunidad de dejar una huella, modesta pero sincera en este  muy particular pero querido país. No crean que soy ingrato porque no haya mencionado a mis padres, es innegable que si voy por el sendero correcto, es porque ellos me lo indicaron, y eso sobrepasa las limitaciones de este texto.

 De la unión del trajinar diario de los libros y mi vocación por la docencia está naciendo una cuarta, que siempre me llamó la atención, pero no me había atrevido afrontar: la escritura. Gracias al ejemplo de notables hombres con los cuales he tenido el honor de entablar amistad en los últimos tiempos, es que por fin  me he atrevido a plasmar mis pensamientos y utilizar una nueva herramienta al servicio de mi país.

 El primero de estos grandes amigos es el Dr. Domingo F. Maza Zavala, Maestro de Maestros, la conciencia económica del país como yo lo llamo, criticado por algunos pero respetado por todos, hombre polémico al fin. Su vocación de educador, su inagotable fuente de libros y artículos es punto de referencia para todos los economistas venezolanos. Importante influencia, es también el Dr. José Moreno Colmenares, quien con su amena y erudita conversación, complementado con una elegancia y precisión al escribir, me ha dado un punto de referencia. No puedo dejar de mencionar, la prolífica producción del Dr. Tomás Enrique Carrillo Batalla, resulta una meta muy lejana, pero es muestra viviente de que cuando se quiere, se puede y sin que sea menos importante por ser mencionado de último, el colega Carmelo Paiva Palacios, cronista del gremio de los economistas en Venezuela, con quien he compartido momentos de interesante y fructífera conversación sobre la historia económica venezolana.

 A ellos principalmente les debo esta nueva pasión, aunque he decidido tomar un camino un poco diferente, y como un Oscar Yánez cualquiera, abandonar la formalidad académica y escribir para educar a esa parte de la población que aunque la padece, no entiende a la economía. Mi meta es poder explicar en forma clara y sencilla los rudimentos de una ciencia económica, que cada vez se vuelve más compleja, y cada vez aleja a los economistas del hombre común. Este es un nuevo reto, un nuevo sueño que estoy construyendo para que pavimente mi camino de vida