viernes, 23 de octubre de 2009

EL ESPIRITU CARACAS-MAGALLANES














Para ser publicado en el blog “La Venezuela que sueñas” me han solicitado que describa cual es mi visión de país, que relate cual es mi sueño de cómo debe ser Venezuela. He pasado un agradable día pensando y dándole forma a ese sueño y doy gracias de que sea en este preciso momento que tenga que contarlo porque sé que todos lo entenderán.

Yo quisiera que en nuestro hermoso país se estableciera perennemente el espíritu de un partido Caracas-Magallanes ¿Cómo es eso dirán muchos? Piénselo detenidamente y verán el porque de mi sueño.

Un partido de los eternos rivales ¿por qué se caracteriza?. En primer lugar por la alegría, ¿acaso usted ha visto a alguien que vaya al juego con cara larga? No todos van con una sonrisa y lleno de ilusiones, van en grupos, sin importar el equipo, es más, es ideal que en el grupo haya caraquistas y magallaneros, ya que entre broma y broma, sacando lo mejor del buen humor del venezolano se lo pasa uno muy bien.

La esperanza. A pesar de que nuestro equipo pierda, sabemos que sólo es un juego, no el campeonato, y no perdemos la esperanza de que en el próximo ganemos.

Entrega total. Una Caracas-Magallanes es producto de la entrega total de todos los que participan en el. Vemos como el campo luce sus mejores galas, los jugadores ponen toda su alma para ganar el juego y el público toda su pasión para aupar a su equipo.

Es justo. El juego lo gana el que mejor lo hace o el que menos errores cometa y el cuerpo arbitral trata de no equivocarse por que sabe que tiene toda una tribuna pendiente de sus acciones.

Es democrático y participativo. Todos en la medida de sus posibilidades, en VIP, en tribuna o gradas pueden asistir al juego y nadie, mientras respeten las normas le va a prohibir manifestar su alegría, su tristeza y su opinión.

No todo es perfecto, hay sus problemas como es el caso de los revendedores, pero todo el mundo piensa que vivir la experiencia de ir al clásico, bien vale la pena.

Piénselo, ¿Cómo sería Venezuela? Si todos permanentemente tenemos el espíritu de un juego Caracas-Magallanes.



miércoles, 21 de octubre de 2009

LA EFICIENCIA EN LAS EMPRESAS PUBLICAS


Los problemas que están ocurriendo con el servicio de electricidad en distintas zonas del territorio venezolano, la compra forzosa del hotel Margarita Hilton y en general la política del gobierno de una mayor participación del sector público en la producción de bienes y servicios mantiene en vigencia la polémica entre empresas públicas y empresas privadas y la interrogante ¿quién de las dos es más eficiente?.

Joseph Stiglitz en su libro “La economía del sector público” (Antoni Bosch Editor) señala al respecto: “Aunque sólo existen pruebas dispersas de que las burocracias estatales son menos eficientes que las empresas privadas, en general la creencia de que eso es así. Los casos de incompetencia pública saltan más a la vista, mientras que los privada no atraen la misma atención”.

El punto como lo he señalado en reiteradas ocasiones es que las empresas públicas tienen mayores incentivos para no ser eficientes, los cuales son:

a) La quiebra: las empresas privadas cuando tienen un mal desempeño, quiebran y desaparecen, en cambio, las empresas públicas por muy mal que lo hagan no quiebran. Este hecho permite el funcionamiento con continuos déficits, tarifas no adecuadas, nóminas muy grandes, etc. En definitiva la certeza de que no se puede quebrar es un incentivo para descuidar la estructura de costos. Ejemplo de lo anterior es el caso de la comercialización interna de la gasolina donde el precio de venta no alcanza a cubrir los costos de producción. Al precio que se vende la gasolina, prácticamente es un obsequio en Venezuela.

b) La competencia: lo normal es que las empresas públicas sean monopolios, al no tener competencia eliminan un factor importante, la opinión del consumidor. En un mercado competitivo existe la posibilidad de elegir y de esta manera se le informa a las empresas la opinión que se tiene del producto. Cuando hay una sola marca ¿como se manifiesta la opinión que se tiene sobre él? en estos momentos ¿como el consumidor venezolano puede expresar su descontento sobre el servicio eléctrico? no puede, no hay forma de que contrate los servicios de otra compañía. Ante la inexistencia de la opinión del cliente, las decisiones sobre el producto dependen únicamente de la opinión de la burocracia.

c) Restricciones en la estructura salarial: es normal que los sueldos de los presidentes y demás directivos de las empresas del Estado estén sujetos al escrutinio de la opinión pública, lo que conlleva a que generalmente a que estos sean menores a los que percibirían en el sector privado. Esta situación es un incentivo para que las personas mejor preparadas y más eficientes prefieran trabajar en una empresa privada.

d) La estabilidad laboral: generalmente la posibilidad de que un trabajador de una empresa pública sea despedido, es prácticamente cero, lo que es un estímulo parque este no ponga mucho interés en la calidad de su trabajo.

e) La militancia partidista: a lo largo de la historia venezolana hemos visto que el hacer carrera en una empresa o institución del Estado depende más de su fidelidad al partido gobernante que de su capacidad.

Cuando no hay incentivos para que un funcionario público sea eficiente, este dedica sus esfuerzos a maximizar su beneficio personal, por lo cual están más pendiente de: su sueldo, las prerrogativas de su cargo (vehículos, escolta, influencia, etc.), la reputación ante la opinión pública, el padrinazgo y lamentablemente en muchos casos de adquirir una riqueza fácil.

Entonces la cuestión no es quien es más eficiente, sino quien tiene los mayores incentivos para no serlo. Por tal motivo siempre he opinado que el Estado debe limitar su acción a las actividades que le son propias y no estar creando empresas públicas sin ninguna necesidad. Como muy bien lo expresan los jóvenes economistas argentinos Gustavo Lazzari y Marín Simonetta en su libro “Economía K” (Fundación Atlas1853): “lo mejor (y casi lo único) que puede hacer el gobierno es dar un horizonte de previsibilidad, mercados abiertos (incluye una fortísima desregulación laboral), un celoso respeto a la propiedad privada, reglas claras y transparentes y una disminución real de la voracidad fiscal. […] El gobierno debería comprender que el único aliado que tiene para encarar el crecimiento sostenido es el sector privado”. Al final el que gana es el consumidor.

Publicado en El Aragüeño el 21/10/09



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miércoles, 14 de octubre de 2009

UTOPIA A LA CRIOLLA

En el año 1515, en la Inglaterra de Enrique VIII, el mártir del catolicismo, Thomas More, escribe un pequeño libro con el nombre Dē Optimo Rēpūblicae Statu dēque Nova Insula Ūtopia, y el cual es conocido simplemente como “Utopía”. Este famoso libro presenta la descripción que realiza el explorador Rafael Hythloday de una comunidad que ha encontrado la perfección en su organización política, social y económica. Por tal motivo se utiliza el calificativo de Utópico a lo idealizado, a lo que se cree sería la perfección.

La semana pasada los tres pilares de la política económica venezolana se dirigieron al país para describir su utopía criolla. En aproximadamente dos horas las tres autoridades describieron los logros de la política económica del gobierno. ¿Cuáles logros?, la mejora del índice de Desarrollo Humano, parece ser el logro definitivo, ya que en él se centró gran parte de la presentación.

¿Cómo es posible que el gobierno ajeno a lo que le dice el país, nos pinte este mundo utópico que con fervor sus dirigentes nos quieren vender.

A diario la prensa nos muestran noticias de protestas sobre falta de recursos, vivienda, seguridad. Protestas realizadas principalmente por hombres y mujeres vestidos de rojo, es decir, por afectos al gobierno. Cada día son mayores las noticias sobre el encarecimiento de los alimentos y en general de los bienes y servicios. Esto no es congruente con una mejora en el desarrollo.

Día a día son más las voces de personas calificadas alertando de que algo no está bien y aquí quiero hacer un paréntesis. No es curioso que en el mando mayor del gabinete económico no haya un solo economista. ¿Qué pensaría usted si tres economistas se presentaran a explicar la política de salud, por ejemplo?. Siempre lo he dicho, la economía después de la guerra es donde los errores puede afectar en mayor grado a la población.

Como estaba diciendo, personas autorizadas como el del Dr. Domingo F. Maza Zavala vienen alertando o como el caso la de la Academia de Ciencias económicas quien conjuntamente con la Academia de Ciencias Políticas y Sociales el pasado primero de julio publicaron un documento alertando sobre la grave situación que vive el país. No es posible hacerse oídos sordos a esta realidad.

Es increíble escuchar el reproche que hicieron a las instituciones financieras, incluidas las públicas por estar llenos de papeles ¿pero quién emitió esos papeles? ¡el mismo Estado!. Es irónico, el gobierno ofrece unas emisiones de bonos con unas condiciones muy atractivas y después se queja de que la banca los compre. Es paradójico que el gobierno anuncie expropiaciones y nacionalizaciones, creando una inseguridad jurídica y se queje de que no hay inversiones.

¿Por qué la gente espera un paquete de medidas? ¿Por qué todo va bien? No señores, la gente espera un paquete de medidas porque las cosas no van bien y no es cuestión de desestabilización ni de oposición, es cuestión de comenzar ver la realidad de como se está perdiendo la batalla contra la inflación, contra la delincuencia, contra la falta de vivienda y pare usted de contar. La Utopía es un magnífico libro para leer y reflexionar, pero no para escuchar sobre todo si se refieren a la Venezuela que estamos viviendo hoy.


Publicado n El Aragüeño el 14/10/09