lunes, 1 de noviembre de 2010

EL VIEJO OESTE NORTEAMERICANO

nguaramato@gmail.com

@guaramatoparra

Mi generación creció admirando y soñando con la aventura de la conquista del oeste norteamericano, una historia que se desarrollaba alrededor del río grande y la cual hay que reconocerlo estaba idealizada por la industria cinematográfica y televisiva ¿quién no se disfrazó como un pequeño vaquero emulando a John Wayne o Clint Eastwood? Aunque, con la ingenuidad infantil y podríamos decir que también adulta, explicada por la ignorancia de un vida ajena.

Había sobradas razones para su nombre alternativo, “el salvaje oeste”. Era una tierra en la que regía la ley del más fuerte, donde los bienes más apreciados eran el revolver Smith & Wesson y el rifle Winchester, representantes de la industria más pujante de la época.

Lo que nunca pudimos imaginar, que lo que se desarrollaba en nuestros juegos infantiles, en donde nos dividíamos en dos bandos: los bandidos y los buenos, se convertiría en nuestro día a día. Nadie que en la década de los 70’s , hubiera pensado que 40 años más tarde, los barrios venezolanos, el territorio fronterizo del país, se convertirían en el nuevo salvaje oeste.

¿Cuál es la diferencia entre el asalto ocurrido a la dirigencia de FEDECAMARAS y aquella escenas en las cuales una partida de bandidos, se subían el pañuelo para taparse la cara, espoleaban el caballo, disparando primero y gritando después, asaltaban la diligencia de la West Fargo. ¿Qué diferencia hay entre las escenas de masacre y lo que acontece en nuestras zonas populares todos los fines de semana?.

Así como la industria cinematográfica elevó la imagen del héroe solitario, que salvaba al pueblo, también reflejó en muchas películas, la verdadera solución que permitió a los pueblos superar la anarquía en que vivían los pueblos del oeste norteamericano, la organización de la comunidad, ¡CLARO! No es tan fácil, pero si creo que es la solución para tanta violencia. La comunidad afectada, actuando conjuntamente con los organismos de seguridad del ESTADO, son los únicos que pueden parar esta locura, que enluta semana tras semana más de 50 familias.

La violencia, hace mucho tiempo pasó al primer lugar de las preocupaciones del venezolano. Su eliminación no se puede decretar, no es una cuestión ideológica, simplemente es pura acción organizada. Su eliminación debe ser una combinación de prevención y represión. La primera se hace mediante la educación y la segunda es necesaria. No hacemos nada con prevenir si la hora de que alguien cometa un delito no haya ningún castigo. El mensaje no es claro y no es congruente. Por ejemplo hay que decir constantemente a nuestros hijos que robar es malo y si lo hacen serán realmente castigados. Hay que parar la violencia, no quiero que las juventudes venezolanas crezcan con valores equivocados como el odio, la riqueza fácil y la segmentación social en clases. Por favor, HAY QUE PARAR ESTA VIOLENCIA.