El pasado 17 de febrero en sesión solemne, se juramentó la nueva junta directiva que conducirá las riendas de la Academia Nacional de Ciencias Económicas para el período 2009-2011. Presidida por el Dr. Pedro Palma y completada por la Dra. Pola Ortiz y el Dr. Malavé Mata.
El presidente saliente, El Dr. Asdrúbal Baptista, en su discurso señaló los logros, y en forma humilde, los fracasos de su administración. Posteriormente, ya juramentado, el Dr. Palma estableció los lineamientos generales que señalarán la ruta a seguir en los próximos años. Igualmente realizó un completo y claro análisis de las repercusiones que tendrá la crisis financiera internacional en Venezuela. Este discurso será publicado y estará a la disposición de los interesados en fecha próxima.
Hasta aquí la breve reseña de lo acontecido. Para muchos venezolanos, las academias son instituciones desconocidas, inclusive para un gran número de profesionales. En la Gaceta oficial No 32.796 de fecha 24 de agosto de 1983, apareció la Ley que crea la Academia Nacional de Ciencias Económicas y estableció entre sus funciones: “1) Promover, estimular y difundir trabajos de investigación de las Ciencias Económicas. 2) Prestar su cooperación en la elaboración de los lineamientos de la Estrategia de Desarrollo Económico y Social y del Plan de la Nación. 3) Prestar su cooperación en la elaboración y mejoramiento de los planes docentes y de Investigación de la Educación Superior en materia económica. 4) Tomar iniciativas y hacer saber su opinión razonada en la elaboración de proyectos de leyes en materia económica, así como en todo asunto de interés público que directa o indirectamente concierna a las Ciencias Económicas. 5) Compilar y publicar los trabajos que así lo ameriten. 6) Formar una Biblioteca de obras de Ciencias Económicas de autores nacionales y extranjeros. 7) Realizar otras actividades cónsonas con su naturaleza”.
De lo anterior se desprende que la Academia es un órgano netamente consultivo. Muchos manifiestan la necesidad, que ante la situación tan complicada en que se encuentra la economía venezolana, la Academia asuma una posición crítica y beligerante antes los hechos. Pero el Dr. Baptista tiene razón al señalar que no fue creada para eso, sin embargo, no es excluyente de que los académicos en forma individual y particular se pronuncien, como bien lo demuestra el Dr. Maza Zavala.
Lo que si queda claro es que por lo menos la Academia Nacional de Ciencias Económicas, debe adaptarse a los nuevos tiempos y ser patrocinante del debate económico, de la promoción del pensamiento económico venezolano, de la exaltación de aquellos venezolanos que han enriquecido con sus aportes a la ciencia económica, y por supuesto promotor de la investigación económica. Me consta que el Dr. Asdrúbal Baptista ha realizado grandes esfuerzos en esta dirección, sirva de ejemplo mencionar el establecimiento de las Recensiones Orales y la Conferencia Anual. Así como el inicio del proceso de elección de de los nuevos académicos que llenarán los cupos por mucho tiempo vacantes y la publicación del magnífico libro: “Veinticinco años del Pensamiento Económico Venezolano”. De mi parte vaya un fuerte aplauso por su actuación como presidente de la academia.
Grande es el reto que debe afrontar el Dr. Pedro Palma al inicio de su gestión, para que la institución sea una organización con vida propia, moderna y dinámica, El país lo necesita. La entrada de un nuevo grupo de académicos será de mucha ayuda y lo que nos señaló en su discurso da esperanzas de que esto suceda. Si puede servir de algo, Dr. Palma, puede contar con mi modesta colaboración.
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