viernes, 4 de mayo de 2012

¿POR QUE SOY MAGALLANERO CUANDO MI PAPA ES CARAQUISTA? y para rematar me enamoré de una fanática de los Leones


Dedicado a la Sra. Bellanira López


Mucha gente se extraña de que siendo mi papá caraquista, sus hijos resultaron magallaneros (mi hermano, Juan Carlos, también es fanático de la nave turca).
No es ningún misterio.

Mi papá, aunque es un eterno enamorado del beisbol, nunca influyó sobre nosotros para que tomáramos parte de ese hermoso deporte. En la época no existía la maquinaria promocional que existe ahora, mi gorra siempre tenía una “V” o una “T” por “Vigilantes de Tránsito”, de tal forma que no había una solidaridad hereditaria con el equipo de la capital.

Adicionalmente, es bien conocido que a nadie le gusta perder y gran parte de mi infancia y adolescencia coincidió con una gran época vivida por los Navegantes del Magallanes. A comienzos de los setenta surge El Poder Negro con Clarence Gaston, Pat Kelly, Ivan Murrel, Jim Holt, Harold King y Dave Parker, donde participan en la Serie del Caribe de 1970, donde el escenario fue el Estadio Universitario de Caracas. Magallanes se apoya en el pitcheo y obtiene el primer título del Caribe para un equipo venezolano, venciendo a los representantes de República Dominicana y Puerto Rico.

Creo que no hay nada mejor para mantener la alegría en una familia venezolana, que en ella existan fanáticos de los dos grandes rivales, Magallanes y Caracas, gane quien gane, siempre habrá alguien contento y echando broma de la buena, estos son unos momentos master card, se los aseguro.

Pero como todo en la vida tiene un precio ,  me enamoré de una caraquista. Una de las primeras citas que tuvimos, fue ir al Estadio Universitario a ver  un juego entre los dos equipos. La chaperona, resulto mi cuñada, una mujer de un ánimo ligeramente inferior a su fanatismo por los Leones del Caracas. TODO EL MUNDO se enteró de que yo era fanático del Magallanes ¡claro! Estábamos sentados en la preferencia de tercera base, para mi, Territorio hostil.

Esa fue la noche perfecta para mi cuñada. Ganaron y la guachafita que armó, bueno en verdad todavía no la ha terminado, ganen o pierdan, no deja de echarme broma. Eso es lo grande de este deporte  y de esta maravillosa rivalidad.

  

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