jueves, 14 de mayo de 2009

CACHICAMO TRABAJA P’LAPA

Una de las noticias más Importantes de la semana, fue el desalojo del Ateneo de Caracas de su sede de la Plaza Morelos para ubicar la Universidad Experimental del Arte. No voy a discutir la legalidad o no del acto, lo importante es su significado en este proceso de socialización forzada que estableció el gobierno.

En medio de tantas declaraciones que se dieron condenando el hecho, escuché de los labios de una persona, una certera crítica de cómo la revolución está avanzando a costa de expropiar inmuebles construidos en las anteriores repúblicas, en ningún momento ha construido aunque sea un pequeño edificio, que sirva de símbolo del proceso. Disculpen en este momento me doy cuenta que lo anterior no es tan verdad, están los módulos de barrio adentro, sin embargo el saldo es negativo. Hagamos un pequeño sondeo. Las universidades, Bolivariana y UNEFA, están ocupando antiguas sedes de las filiales petroleras, en algunos casos en nada apropiados para su fin. Los teatros Teresa Carreño y Municipal de Caracas ahora son los lugares oficiales para celebrar los actos del PSUV. El antiguo Hotel Hilton, hoy ALBA, es el lugar de hospedaje oficial de los revolucionarios, y así hay cientos de ejemplos

En realidad estos hechos no serían criticables si no fuera por dos pequeños detalles: la creciente toma de espacios del sector privado por parte del aparato partidista del gobierno y en segundo lugar, ese afán de transformar la historia tratando de borrar la memoria, como si Venezuela existe es a partir del año 1998. Las pruebas son evidentes, las instituciones ahora se llaman diferente, las calle y avenidas tienen otros nombres, el país se denomina de otra forma, los símbolos patrios también fueron transformados, pero en todos los casos lo que se hizo fue modificar lo existente, en ningún momento crear algo nuevo.

Vaya, que razón tiene el que dice que hay que escribir para ordenar las ideas, ¿se acuerdan de la expresión te vestiste de amarillo para que no te reconocieran?. Si la revolución lo que ha hecho es tomar lo ya realizado -por eso lo del título del artículo- y darle algún maquillaje, es lógico y razonable que todavía sigan existiendo los vicios anteriores, inclusive magnificados: la inseguridad, la corrupción, el nepotismo y pare usted de contar.

Por lo tanto, no me queda más remedio, siguiendo las enseñanzas, cambiar el refrán titular y decir “cachicamo trabaja p’cachicamo que se hace llamar lapa.

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